Esta Medida de adaptación Basada en ecosistemas para microfinanzas, intenta preservar, mejorar y usar de manera eficiente los recursos naturales a través del manejo integrado del suelo, el agua y los recursos biológicos disponibles, combinando los residuos de cosecha (biomasa) y la producción vegetal en la finca.
La agricultura de conservación es amigable con el medio ambiente por 3 aspectos fundamentales:
1. La labranza reducida a cero para conservar el suelo.
2. La cobertura permanente del suelo con residuos del cultivo anterior o con abonos verdes.
3. La rotación de cultivos para evitar la diserminación de plagas, enfermedades y malezas.
Según estudios desarrollados por el Ciat (Centro Internacional de Agricultura Tropical), en Colombia, esta modalidad es hasta 25% más rentable que el método convencional.
La Agricultura de Conservación es ideal para zonas degradadas, suelos erosionados o con baja retención del agua, con coberturas vegetativas reducidas y una pobre producción de biomasa ya que esta medida se enfoca en cubrir con una capa permanente de materia orgánica el suelo, para ayudar a regular tanto la humedad como la temperatura en la zona de las raíces.
¿Qué efectos climáticos puede mitigar?
Disminuye el impacto de heladas, sequías, vientos fuertes, lluvias intensas, cambios en patrones de lluvias y cambios bruscos de temperatura que pueden dañar nuestros cultivos y la economía de los agricultores.
El aumento de plagas, la utilización de insumos y la erosión también pueden disminuir.
Para un desarrollo lucrativo de este método es importante dejar la quema de materia orgánica después de la cosecha y la labranza excesiva del suelo.