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Tiempo de lectura: 3 minutos

¿Préstamo? Sí, pero con inteligencia: claves para usarlo bien y sacarle provecho

Un préstamo puede ser una buena decisión… o una mala jugada. Todo depende de cómo lo uses. Aquí te damos claves claras para que la plata que pidas te ayude a avanzar, no a enredarte.

¿Quién no ha pedido un préstamo alguna vez? Ya sea para comprar una nevera, invertir en un negocio, arreglar la casa o salir de un apuro, el préstamo puede ser un gran aliado… o convertirse en un dolor de cabeza si no se usa bien. En este artículo te explicamos, con ejemplos sencillos, cómo hacer un buen uso del préstamo y evitar que las deudas se vuelvan una carga.

¿Qué es un préstamo y por qué no es malo?

A veces la palabra “deuda” asusta, pero en realidad, pedir un préstamo no es malo. Al contrario: es una herramienta. Como un cuchillo, puede servir para cocinar o para cortarse, todo depende de cómo lo uses.

Un préstamo es cuando una entidad financiera te presta plata y tú te comprometes a devolver en cuotas, con intereses. Sirve para adelantar cosas que aún no puedes pagar de contado, pero que te ayudan a mejorar tu vida o tus finanzas. El truco está en saber cuándo vale la pena y cómo usarlo con cabeza fría.

Préstamo bueno vs. préstamo malo

La clave está en esto: ¿el préstamo te ayuda a progresar o solo te mete en más líos? Veamos dos ejemplos sencillos:

✅ Préstamo bueno:

Sandra pidió un préstamo para comprar una máquina de coser y montar su propio taller en el barrio. Con lo que gana, paga su cuota cada mes, cubre sus gastos y todavía le queda para ahorrar.

❌ Préstamo malo:

Carlos pidió un préstamo para pagar otro préstamo, y luego otro más para cubrir la cuota atrasada. Hoy debe en tres lados, no tiene con qué pagar, y ya ni duerme tranquilo.

Conclusión: Un préstamo es bueno cuando te ayuda a crecer. Es malo cuando solo tapa huecos y te deja más endeudado.

¿Cuándo vale la pena pedir un préstamo?

Antes de pedir un préstamo, pregúntate:

  • – ¿Para qué lo necesito? ¿Es algo urgente o puedo ahorrar y pagarlo sin endeudarme?
  • – ¿Voy a poder pagar las cuotas sin quedarme sin lo del mercado, arriendo o servicios?
  • – ¿Esto me va a generar un ingreso o un beneficio que lo valga?

🔹 Ejemplo real: Don Efraín pidió un préstamo para comprar una mototaxi. Con ella trabaja todos los días y le va bien. En cambio, su vecino pidió un préstamo para irse de paseo a la costa. La pasó rico, pero al volver se quedó sin plata… y con deuda.

El secreto está en cumplir

Pedir el préstamo es apenas el inicio. Lo importante es cumplir con los pagos a tiempo. ¿Por qué?

  • – Evitas pagar más por intereses de mora.
  • – Cuidas tu historial crediticio (como tu hoja de vida financiera).
  • – Tienes más posibilidades de que te vuelvan a prestar cuando lo necesites.

🔹 Ejemplo del día a día: Luz Dary siempre paga puntual. Ya terminó de pagar su primer préstamo y pidió otro para agrandar su tienda. Como es cumplida, se lo aprobaron más rápido y con mejor tasa.

5 consejos para usar bien un préstamo

  1. 1. Solo pide si sabes cómo vas a pagar. Si tienes ingresos fijos, que la cuota no se lleve más del 30% de lo que ganas.
  1. 2. No pidas plata prestada para caprichos. Si no es urgente o productivo, mejor ahorra.
  1. 3. Compara opciones antes de firmar. No te vayas con el primer préstamo que te ofrezcan. Mira las tasas y los plazos.
  1. 4. Lee bien el contrato. Cuántas cuotas son, cuánto pagarás en total, qué pasa si te atrasas.
  1. 5. Ten un plan claro. Usa esa plata para algo que te genere valor o tranquilidad. Y cumple con las fechas de pago.

¿Y si ya estás hasta el cuello con los préstamos?

No estás solo. A todos nos puede pasar. Si ya estás lleno de deudas, lo primero es organizarte. Haz una lista de lo que debes, cuánto ganas y cuánto puedes pagar al mes. Luego, habla con tu entidad financiera. Muchas veces te pueden ayudar a reunir las deudas en una sola o darte más tiempo para pagar.

🔹 Ejemplo real: Don Álvaro debía en tres lados y no dormía tranquilo. Fue a la oficina de su entidad, pidió ayuda y le unificaron las deudas en una sola cuota más bajita. Hoy ya respira más tranquilo y volvió a tomar control de su plata.

Recuerda…

El buen uso del préstamo no solo evita problemas, también te abre puertas. Bien manejado, un préstamo puede ayudarte a salir adelante, invertir, crecer y mejorar tu calidad de vida. Pero ojo: siempre con responsabilidad y un plan claro.

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Crezcamos C.F.

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