Debido a los cambios climáticos, los cultivos pueden sufrir grandes sequías, pérdidas en la productividad y consumo de mayores insumos por el extremo calor, las lluvias intensas o los cambios bruscos de temperatura. Estos factores impactan negativamente tiempo y dinero.
Para solucionar estos problemas, el proyecto de Microfinanzas para la Adaptación Basada en Ecosistemas (Meba), nos recomienda acondicionar adecuadamente el suelo antes de cultivarlo, esto mejorará la producción, reducirá la incidencia de plagas y aumentará la seguridad alimentaria.
Acondicionamiento del suelo
El acondicionamiento es recomendado para fincas donde se hayan perdido las condiciones naturales del suelo, debido a las prácticas inadecuadas de cultivo y el uso de fertilizantes y herbicidas.
Este método consiste en restaurar el terreno en materia orgánica, nutrientes, actividad biológica y otros elementos esenciales en la producción agrícola. Por medio de análisis simples como la cromatrografía, y comparaciones de las prácticas productivas realizadas, se pueden diseñar estrategias en la forma de labranza o abonado para mejorar los nutrientes del suelo y controlar la erosión.
Un buen acondicionamiento se realiza por medios físicos, biológicos y orgánicos, y ayuda a mejorar la diversificación de cultivos en el terreno, restablecer el equilibrio en el suelo, aumentar el rendimiento y reducir los costos de producción.